EL CLIMA DEL VESTUARIO CAMBIO

A diferencia de otras oportunidades donde las internas de un vestuario tardan en salir a la luz, en San Lorenzo ocurrió lo contrario. El duro cruce entre Alvarado y Palomino en el entretiempo del encuentro ante Vélez, fue reconoció casi inmediatamente primero por el técnico y luego por el propio capitán del equipo Nicolás Bianchi. Claro que este fue un episodio aislado entre dos compañeros que se conocen hace mucho y que tienen buena relación, no como el que habían protagonizado Migliore y Bottinelli tiempo atrás que ya venían acumulando bronca y un día explotaron o la actitud de Civelli y Pintos hace algunos años que se fueron a las manos ante Colón en Santa Fe al retirarse del campo de juego y a la vista de todos dejando al Ciclón, encima, en inferioridad numérica para el complemento. Pero lo cierto es que un compañero le aplique un cabezazo a otro no es normal, es totalmente repudiable y altera cualquier tipo de charla que se pueda dar en un entretiempo. Al terminar el partido y con el resultado puesto, los gritos en el vestuario continuaron, Caruso, enojado con la actitud vista en el segundo tiempo, retó a los fuertemente a los jugadores. “Ahora bánquensela. Dejemos de pelotudear la p… que lo parió. Hay que poner más huevo y levantar la cabeza porque ya no se pueden perder más puntos. Yo me juego la cabeza por ustedes, pero no me fallen”, sentenció. Y más allá de que el DT contó que nadie le contestó, un referente del plantel terminó discutiendo con el técnico. En San Lorenzo parece que se acabó la paz. Ese buen clima que se vivía puertas adentro ya no existe desde la derrota en Rosario Se nota una relación más tensa entre el cuerpo técnico y los jugadores. ¿Qué piensa Caruso al respecto? “Hay que preguntarle a los jugadores si me respaldan, para mí la semana fue buena y en la charla estaban con muchas pilas. Mientras sienta que ellos están conmigo, voy a seguir, pero sé que los tiempos se acortan” reconoció el DT. ADRIAN DISABATO