Encima, enfrente venía un equipo que sabe a lo que juega y que, aún sin lucir, aprovechó al máximo las ventajas que le dio un rival sin respuestas ni futbolísticas ni anímicas. Fue 2-0 pero pudo ser más.
Ariel Cabral, a los 7 minutos del primer tiempo con un perfecto cabezazo, e Iván Bella con un verdadero golazo, a los 38 del segundo período, marcaron los goles del equipo dirigido por Ricardo Gareca.
Vélez fue mucho mas que San Lorenzo y si bien el Ciclón pudo haber llegado al empate en la primera etapa, tras un buen centro de Buffarini desde la derecha, Barovero y Sebastián Domínguez se chocaron y casi convirtieron en contra, el conjunto de Liniers, manejó la pelota y los tiempos del partido. San Lorenzo fue un equipo desdibujado que nunca logró imponerse en el mediocampo pese a algún intento aislado de Buffarini por la derecha.
En el complemento el local fue en busca del empate, pero, si bien dispuso de un par de chances en los primeros minutos, después cayó en la mediocridad que mostró en la etapa inicial.
A los 4 minutos, tras un tiro libre cerrado de Salgueiro, Pablo Alvarado cabeceó sólo pero el balón se fue apenas alto y un minuto más tarde Ortigoza envió un centro, peinó Emmanuel Gigliotti y Gonzalo Bazán remató por arriba. Ese envión anímico duró muy poco y con el correr de los minutos Vélez se hizo nuevamente de la pelota, y comenzó a justificar la victoria. Primero avisó Bella, rematando fuerte, pero a las manos de Migliore, y, a los 37, la oportunidad la tuvo Augusto Fernández, quien tras una buena combinación con Cubero exigió al arquero azulgrana.
La ventaja definitiva llegó a los 38, cuando Bella, con un gran remate de zurda desde fuera del área, ubicó la pelota junto al palo izquierdo de Migliore. Un golazo con el que el conjunto de Liniers terminó de liquidar el pleito y de empezar a marcar el cierre del ciclo de Madelón.
ADRIAN DISABATO
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