jueves, 18 de diciembre de 2008

MATADOR FUE SAN LORENZO

San Lorenzo tenía todo como para finalizar la tarde con un triunfo amplio ante Tigre, pero terminó apretado. Fue 2 a 1 y triunfo, al fin y al cabo, que le permite depender de sí mismo: si el sábado vence a Boca será el campeón del Apertura.
Con un primer tiempo casi de lujo, gran rendimiento colectivo y actuaciones individuales sobresalientes (casos Barrientos y Solari), el “Ciclón” lo pasó por arriba a Tigre y le sacó dos goles de ventaja. Después, en el segundo tiempo, si bien bajó el ritmo y ya no contó con Solari (Russo determinó el ingreso de Hirsig), la victoria no ofrecía contratiempos, pero Tigre descontó faltando 15 minutos y le puso emoción al final jugando con el corazón. Claro que todo quedó desdibujado en ese final con la expulsión de Islas por agresión a Barrientos (Laverni debió haber cobrado penal, porque la pelota estaba en juego) y la reacción violenta de los hinchas de Tigre. El pitazo final encontró a los jugadores de San Lorenzo a puro festejo. El primer paso estaba dado, aunque la diferencia haya sido más exigua de la merecida.Russo mandó a Solari de enganche moviéndose por delante de la línea de volantes y distribuyendo juego. Y ahí empezó a ganar el partido San Lorenzo. La sociedad Barrientos-Solari desparramó fútbol y eso, sumado al constante anticipo de Ledesma y el “Chaco” Torres, más la potencia de Bergessio, hicieron que el “Ciclón” fuera dominador absoluto. Tigre parecía perdido. Morel entró poco en juego, Rusculleda y Giménez eran superados por las bandas, la defensa no hacía pie, con muestras de desconcentración. Solari hizo volar a Islas a los 10 minutos y poco después San Lorenzo quedó 2-0. A los 18, quitó Ledesma cerca del área rival, Solari desbordó por izquierda y mandó un centro bajo. Islas despejó cortó y Barrientos tocó al gol. A los 20, el “Pitu” le ganó en velocidad a Arruabarrena por derecha, metió el centro y Bergessio le dio un derechazo, sin que picara la pelota, para gritar el segundo. El “Ciclón” tiraba encima toda la jerarquía individual y en el campo de juego había un solo equipo. Cagna cambió de punta a Rusculleda y Giménez, sin solución, porque lo de Tigre en ofensiva era nulo. Un cabezazo de Bianchi se estrelló en el travesaño (tras otra jugada individual de Solari) y quedó la sensación de un penal de Islas a Bergessio, ya que si bien el “1” de Tigre tocó primero la pelota, con el cuerpo se lo llevó por delante al delantero.
Para el segundo tiempo, Cagna apostó a Ayala por Morel y a Lazzaro por Giménez, mientras que Russo mandó a Hirsig (se perdió un gol sólo con Islas) por Solari. Así, San Lorenzo perdió fútbol, pero de todas maneras siguió dando muestras de ser más. Tigre no tenía cómo llegar, hasta que a los 27, Lazzaro cabeceó y Orión se quedó con una pelota difícil. Tres minutos después se repitió la fórmula: centro de Rusculleda, impecable cabezazo de Lazzaro, gol de Tigre y 2 a 1. Los de Victoria fueron por la hazaña. El cuarto de hora final se transformó en un ida y vuelta desprolijo. La agresión de Islas fue la mancha de un partido que San Lorenzo debió ganar con comodidad y que terminó con un poco de susto. Ahora depende del propio San Lorenzo para quedarse con el grito sagrado.

ADRIAN DISABATO

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