jueves, 27 de noviembre de 2008

LA PESADILLA DE SACAR UNA ENTRADA

Sacar una entrada para el clásico con Huracán se transformó en una pesadilla. los cuervos descargaron su lógico fastidio ante una computadora que les informaba que no estaban habilitados para comprar una popular. Para numerosos hinchas ir el sábado al clásico es una aventura. Por unos pocos, muchos no podrán vivir el segundo clásico en el año Centenario de ambos clubes. La violencia de puños, armas de fuego y puntas filosas alejó a las familias, hombres que peinan canas y niños, entre otros personajes que también son víctimas del fogoneo constante que brindan algunos medios de comunicación y es amparada desde hace años por quienes supuestamente se deben a la organización del fútbol argentino.
Ahora, la violencia del teclado puede voltear las ilusiones de aquellos otros que se animan a este acontecimiento que se celebrará el sábado por la tarde en cancha de Boca. Comprar una entrada para ver Huracán-San Lorenzo es realmente difícil, desde el vamos hasta el volvemos. Las iniciales condiciones para poder ser testigo directo en una de las dos bandejas de la Bombonera son realmente estrictas. La prioridad para sacar entradas, en teoría, es del socio, a quienes se los considera privilegiados por ello. Pero si este es el premio por ser socio, “¿cómo será el castigo?”, nos preguntamos. Si un asociado quiere adquirir una entrada no sólo bastará su condición de tal, además deberá contar con una tarjeta de crédito para poder efectuar la compra, ya sea telefónicamente u online. Esta medida, arbitraria por cierto, entendiendo que muchos no cuentan con el plástico que fía o financia, incrementa indirectamente el valor de la compra, ya que el costo de la mantención de una tarjeta de crédito no es una beneficencia del eventual banco que capitaliza las ilusiones del futuro deudor. Pagar en efectivo, al contado, cash, con “la teca en la mano” o “la guita que ahorramos el fin de semana” no sirve para estos modernos sistemas avanzados que por medio de un chip tienen el tupé de decirte si sos o no socio, si estás al día con la cuota y además deciden si podés ir o no a ver al Ciclón.
Es la segunda vez que San Lorenzo realiza un experimento como éste sobre la marcha. La primera se ejecutó ante Boca, hace algunas fechas, pero la pócima fue la firma Ticketek, que se vio desbordada de socios que se quejaron porque la atención y los resultados de la comercilización no fueron transparentes. Tal es así que Ticketek ha dado un paso al costado en todos los espectáculos relacionados con el fútbol. Su plantazo, luego de recaudar unos pesos a costa de San Lorenzo, le dio lugar a una empresa diferente, con idéntico procedimiento de compra que refleja el mismo o peor tormento para vender una o seis localidades, de acuerdo al bolsillo (perdón, al límite de la tarjeta) del interesado. Si la compra será online, primero, para comenzar con la hazaña, hay que registrarse, lo cual obliga a dejar ciertos datos que antes no eran necesarios para comprar una entrada. Muchos se jactarán que la calificación de una venta como la transparencia de la compra, pueden hacer a la seguridad. Sin embargo, todos saben que los que incitan o directamente ejercen la violencia, no se molestarán en comprar una localidad. Para ganar tiempo, muchos se han registrado unos minutos antes del comienzo de la venta (16.45) para llegar al momento de la transacción (17 horas) en punto. Eran las 17.02 y nada, ni siquiera en el sitio de Ticket Portal se anunciaba la venta de localidades para el clásico. Al rato, en pleno horario comercial, se informó con un banner que no todos lograron apreciar rápidamente, que el arranque de la venta sería a partir de las 18. “Voy siempre a todos lados y ahora ni pude comunicarme. La verdad que tengo miedo de quedarme afuera por primera vez”, nos contó Sylvia, una cuerva que le escribió a Mundo Azulgrana. Al largarse finalmente la venta por la web www.ticketportal.com.ar, quienes se habían registrado con anterioridad, podían comenzar a gestionar sus entradas, pero, ingresando la cantidad de localidades (hasta 6) y ubicaciones de las mismas (Menores; Jubilados/Damas; Generales, Plateas P, Plateas M). Para ello, debían informar dos cosas puntuales: Número de Socio y DNI para cada una de las entradas. Estas dos informaciones tenían que coincidir con las cargadas en la base de datos del club y, además, que no se haya registrado una compra anterior con los mismos datos porque, si no, caso contrario, la gestión quedaba nula. El gran problema, según la mayoría de los hinchas, era que sin antes haber hecho la operación, el sistema les negaba la entrada con la siguiente leyenda: “bloqueado o no existente”. Esto les sucedió tanto a socios vitalicios como activos, sin importar la categoría. ¿Estará mal la base de datos de los asociados en San Lorenzo? Por eso, seguramente, ahora comenzarán con el reempadronamiento de socios para lo cual, se espera, se corrijan y actualicen cada una de las fichas de los dueños del club.Luego, la empresa Ticket Portal informó que para retirar las localidades ofrecía seis sedes diferentes. Microcentro, Belgrano y Flores en la Capital Federal, y Morón, Lomas de Zamora y Martínez para la provincia de Buenos Aires. Ahí, los afortunados que transpiraron la gota gorda sentados frente a una computadora, deberán presentarse con el carnet y DNI original del titular de la compra, y copia adjunta de los otros cuervos que se subieron al vagón del plástico y pagaron el precio del desprecio.
Telefónicamente, la operación no fue mejor. A muchos, les fue imposible recibir un “hola, ¿en qué podemos ayudarlo?”. Siempre lo recibió algún contestador u operador que estaba más programado que una computadora. Otros, más afortunados, pudieron comunicarse… recién cuando terminó la venta. Los que sí tuvieron dedos mágicos y fueron “bienvenidos”, se vieron obligados a escuchar un disco de cinco minutos aproximadamente donde se anunciaban todos los espectáculos que comercialmente explota la empresa, menos el clásico entre Huracán y San Lorenzo, el evento que más convocó ayer en estos teléfonos. Y si la desesperanza o el fastidio no les hacía colgar por la tediosa espera, nuevamente, como por Internet, la desbordada administración se encargó de hacerlo con el famoso “usuario bloqueado o inexistente”.
Con estos sucesos, reiterados con frecuencia en los últimos tiempos, queda a las claras que el fútbol, y sus fieles, son las verdaderas víctimas.
Nota: Román Perroni "Mundo Azulgrana"

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