Hubo un solo equipo en el campo de juego y ese fue el conjunto de Boedo, que desde que comenzó el cotejo tuvo el arco defendido por Rigamonti en la mira.
El equipo de Aguirre se debía una recuperación luego de dos derrotas -una por la copa y otra por el torneo- consecutivas. Y el rival fue el ideal, ya que el nivel demostrado por Quilmes fue de los mas flojos que se puedan recordar, ya que nunca pudo pasar la mitad de cancha.
El merodeo de San Lorenzo en el arco de la visita y la sensación de que el gol llegaría en cada ataque azulgrana fue del minuto uno al noventa.
Lo que no tuvo el conjunto de Boedo fue precisión para definir en cada uno de sus ataques y es por ello que los primeros 45 minutos terminaron en cero.
La segunda parte fue muy similar a la primera pero con mayor presión del local que no dejó cruzar la mitad de la cancha a la visita.
Pero el gol no llegaba y los 25.000 "cuervos" presentes se empezaron a inquietar hasta que llegó el gol tranquilizador en los pies de Cerutti a los 30 minutos.
La explosión por el primer gol estaba presente en el estadio y tres minutos mas tarde fue Ávila el que tomo el balón y en un contragolpe solitario puso el 2 a 0 que sería la sentencia del partido.
Ya sobre el epílogo del partido llegó el tercero: Corrida del "Chimi" Ávila y habilitación a Blandi, para que el "9" toque de primera y grite su gol con todas las ganas.
Fue goleada y con ello un poco de tranquilidad de cara para lo que viene.
Volvemos a decir que el rival fue muy flojo y que no todos los equipos se la van a hacer tan fácil al Ciclón, pero lo importante es que con la goleada se pudo subir nuevamente a la punta del torneo.
Y por como venía la mano es bastante positiva esta resurrección.
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