Los neutrales lo catalogaron como "partidazo" y realmente lo fue. El conjunto de Boedo salió del vestuario ganando 1 a 0 ya que a los 14 segundos Villalba ponía el 1 a 0.
Luego -a los 32 minutos- empató Marcos Ruben de penal -ya nos vamos a detener en esa jugada y en otras que perjudicaron claramente al local-.
En la segunda parte Central dió vuelta el resultado cuándo a los 25 minutos, Ruben anotó para el conjunto de "Arroyito" el 1-2.
San Lorenzo fue y fue a pesar de Delfino y consiguió su recompensa a los 32 minutos cuándo Sebastián Blanco fusiló a Caranta, culminando un contragolpe perfecto y puso el 2 a 2 que sería el resultado definitivo.
Lo dijimos en la previa: Delfino no puede dirigir a San Lorenzo. Es un árbitro con muy mala predisposición cuándo le toca dirigir al conjunto azulgrana. Y este encuentro con Central no fue la excepción.
El penal que le sanciona a Caruzzo -a instancias del juez de línea Maidana (otro que se equivoca seguido con San Lorenzo)- es para verlo varias veces en cámara lenta y recién ahí uno puede llegar a pensar que fue bien sancionado.
Ahora, si cobran ese penal, tienen que cobrar seis o siete por partido, porque de esos manotazos hay cientos a lo largo de los 90 minutos.
Pero para sancionar el "penalazo" que le cometieron a Rolle, Delfino y Maidana miraron para otro lado e increíblemente no lo cobraron.
Como si estos fallos no fueran suficientes, condicionó a San Lorenzo, mostrando la tarjeta amarilla a mas de medio equipo (Caruzzo, Yepes, Mas, Mercier, Ortigoza y Villalba).
A San Lorenzo, los continuos errores (u horrores) arbitrales lo alejaron de la lucha por las diferentes competencias. ¿Casualidad?
Volviendo al encuentro, la última la tuvo San Lorenzo en los pies de Ezequiel Avila, quién entró solo y estando cara a cara con Caranta, le sacó la vista de encima al balón, la agarró mordida y pateó desviado. No hubo tiempo para mas. El 2 a 2 deja al Ciclón con las posibilidades casi nulas de lograr un nuevo título.
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