La derrota con Arsenal no estaba en la mente ni del mas pesimista. Pero el porrazo no solo golpeó a los hinchas. Ya que el técnico de San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi, una vez que arribó a Buenos Aires -y dialogando con los medios presentes-, dejó en claro que habló con los dirigentes: “Tuve una charla con los directivos del club para concederles la libertad de que resuelvan mi situación contractual. No es una renuncia, pero que ellos decidan qué es lo mejor para San Lorenzo que es la única preocupación. Me gustaría seguir dirigiendo, tengo la fuerza y el equipo necesario. Creo que es una obligación porque soy el responsable de este equipo y tuvimos un duro golpe”. La cara del entrenador lo decía todo. Es que lo que se proyectó para este semestre (ganar una de las tres competencias) parece casi imposible de lograr. Eliminación en primera fase de la Sudamericana, derrota dolorosa en la final de la Copa Argentina y el torneo Inicial que entra en su recta final y que encuentra al Ciclón a 6 unidades de la cima.
Pero las malas no terminan acá. Gonzalo Verón, -quién fue reemplazado por un dolor en su rodilla-, se volvió a romper el ligamento cruzado derecho y será baja para lo que queda de temporada. Sin el título de la Copa Argentina, sin el pasaje a la Libertadores 2014 y con un destino incierto para este final de 2013.
Serán los dirigentes quiénes deban empezar a rearmar el proyecto 2014 y de una buena vez tener en cancha un equipo que sea digno de vestir la camiseta azulgrana. Que tenga hambre de gloria y que no se apichone cuándo el estadio esté repleto de sanlorencistas. El golpe sigue doliendo.
GUSTAVO BENNASAR
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