jueves, 29 de marzo de 2012

RESPUESTA AL DIARIO LA NACION

La Nación y el sentido común


La editorial de La Nación de este miércoles acerca de la Ley de Restitución Histórica para el Club Atlético San Lorenzo de Almagro que se trata en la Legislatura desde fines de 2010, desnuda varias cosas, pero en especial dos : la primera es que el avance de la Ley en la Legislatura que resume el pedido de justicia de todo un pueblo, demostrado en la enorme y masiva movilización del 8 de marzo, pone nerviosos y afecta los intereses de quienes fueron socios de la dictadura cívico militar siendo sus voceros y apoyando sus atrocidades y ahora (y siempre) son voceros de los intereses de sus cómplices, las grandes corporaciones (en este caso Carrefour) opuestas a los pedidos de justicia y las causas populares.

En este sentido es claramente sintomático la expresión utilizada por La Nación para definir esa época: “considerada siniestra” dice. No simplemente siniestra, como queda demostrado con los juicios y condenas por las probadas innumerables violaciones a los derechos humanos y el genocidio perpetrado. “Considerada siniestra” nos dice La Nación, expresando que es solo una opinión de una parte ya que hay otra, en el mismo plano, que tendría la opinión contraria. Esa misma mayoría incomprobable de comerciantes “acongojados” que sostendrían que no se debería volver con el estadio a Avenida La Plata.

La otra cuestión que desnuda la editorial del diario es la falta de argumentos para sostener su postura opuesta a la justicia. Se pretende que así como se le daría la restitución al Club debería cometerse el mismo “desatino” de intentar aplicar justicia con aquellos que perdieron sus hogares por la autopista del genocida Cacciatore y encima cometer el “atropello” de no dejar rastros de esa época “considerada” siniestra por algunos pero de salvación nacional por otros. Se pretende establecer sospechas acerca de cómo el Club adquirió los actuales terrenos intentando desviar el eje de la cuestión para no tener que explicar cómo fue la extorsión que dio pie a un enorme negociado inmobiliario de la dictadura y sus socios civiles como el Banco Mariva en el desguace del Viejo Gasómetro, la “venta” de los terrenos y la desaparición del Club social, cultural y deportivo que en ese lugar se desarrollaba.

Además sostiene que la desaparición del estadio fue solo una “mudanza” presentada como una simple decisión de quienes fueron autoridades del Club en dicho período y que “el origen de la mudanza al actual asiento del estadio de fútbol se haya producido durante el gobierno militar en nada puede afectar por sí sola la continuidad jurídica de un país”. Notable. Con ese mismo criterio no podrían juzgarse ninguno de los actos emanados de la dictadura cívico militar más asesina de la historia porque ello afectaría “la continuidad jurídica de un país”. ¿Hace falta explicar más lo que esta frase quiere decir? No hay que hablar del pasado nos dice La Nación “pasaron más de treinta años desde entonces”. ¿Está claro hacia quiénes va dirigido el mensaje?

¿Por qué La Nación entre otras cuestiones, no editorializa acerca de su rol en la apropiación de Papel Prensa por parte de la dictadura y cómo ésta le cedió parte de su control que mantiene hasta ahora?

Las causas populares como el pedido de justicia para San Lorenzo de Almagro, cuando tienen fundamentos irreprochables y se convierten en causas nacionales como las de los derechos humanos en las que la restitución de dichos derechos inalienables coloca a las sociedades en la senda de la paz y la memoria convirtiéndolas en más justas, libres y soberanas, terminan alejando sus temores y exponiendo a aquellos que defienden el olvido, la impunidad y los crímenes, a la vez que restituyen en la cultura de los pueblos, en sus hábitos, creencias y práctica social la vitalidad del ejercicio de la libertad.

Y dan de lleno contra el sentido común de La Nación.

Mariano Colangelo
SCH CASLA

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