
Luego de la derrota ante Estudiantes (la segunda de manera consecutiva), el entrenador azulgrana señaló pícaramente que habían pinchado dos gomas y que las iban a reparar. Entonces, para visitar a Lanús buscó directamente cambiarlas para no tener más inconvenientes pero sin embargo el Falcón familiar volvió a tener problemas...
El mejor ejemplo que encontramos para describir este momento del equipo, siempre automovilísticamente hablando, es que al Falcon se le trabó la caja de dirección y se quedó en tercera (alguna vez Ramón dijo que este Ford es un modelo más nuevo con palanca al piso) porque cuando el equipo necesita poner cuarta o quinta para terminar las jugadas, llega al borde del área rival y el ataque se termina diluyendo.
Está claro que al equipo le falta ese cambio de ritmo y esa estocada final para terminar las jugadas en gol. Encima como dijo el DT, las que tiene no las meten, y así se hace difícil ganar.
Lo cierto es que esta tarde San Lorenzo sumó su tercera derrota consecutiva (Colón, Estudiantes y Lanús) donde ni siquiera pudo marcar goles. Para colmo, el Pincha volvió a ganar y ahora quedo a diez unidades de la punta...
Difícil, complicado, y especialmente lejos del objetivo trazado no hace mucho (hace tres semanas San Lorenzo estaba puntero).
El equipo debe mejorar y mucho y aunque Ramón Díaz reiteró que aún falta mucho y que el campeonato todavía no terminó, la realidad en números y en juego es que el objetivo ahora pasa a ser ganar la mayor cantidad de partidos para terminar el torneo de la mejor manera y por supuesto ganar los tres clásico que se vienen en pocos días: Huracán e Independiente este mes y luego River en noviembre.
ADRIAN DISABATO
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