
Está más que claro que el hincha no acepta ni entiende de pedidos de inhibiciones, ni planteamientos monetarios, cuando de por medio están los colores sagrados.
El pueblo azulgrana, en los últimos tiempos se acostumbró a que Jonathan Bottinelli, despotricara contra el club que lo vio nacer, en cuanta oportunidad se le presentaba.
Esto sumado al pedido de inhibición en Futbolistas Argentinos Agremiados y el no concurrir a los entrenamientos en los tres primeros días de la semana pasada, formaron y alimentaron el coktel perfecto para que; primero el jueves con pintadas obsenas en los paredones de la Ciudad Deportiva y después el último sábado en cancha de Racing, el "soberano", diera su veredicto: Jonathan Bottinelli es "Culpable".
Ramón Díaz fue diplomático en la semana y consideró la actitud de "poco profesional".
El último sábado, ya a los 40 segundos, en la primer pelota que tocó, desde la popular colmada de cuervos, el hincha que junta mango tras mango para ver a estos gloriosos colores, le dijo NO a Bottinelli mediante sus silbidos ante cada intervención del futbolista.
Deberá remarla y mucho, el rubio defensor de San Lorenzo, para que el hincha cambie su opinión. Debe entender que "castigar" públicamente al club es castigar al hincha.
Y sobre todo debe saber Bottinelli, que todo lo que se siembra tarde o temprano se cosecha. Y si siembra vientos, cosechará un Ciclón de furia, la que padeció el último sábado cada vez que tocó el balón.
GUSTAVO BENNASAR
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